RECONSTRUYENDO EL CAMINO...LUEGO DEL SILENCIO

La luz de la naturaleza que me rodea me levanta, me sana, no hay sentidos que queden dormidos cuando la divinidad suprema te muestra su sanación, su luz y esperanza…

Aquí estamos los cuatro cobijados en nuestro amor, en nuestros lazos irrenunciables…mi hijo pequeño me dice al oído cuando estemos frente al mar tus bebés que están con el tatita Dios van a decir : “ahí está mi familia y volverán mamita”…como nos hablan los ángeles con diversas señales, que sentidos pueden ignorar tanto cariño…

Mi hijo mayor me abraza amorosamente como lo hace el rocío con las hojas en primavera y dice “tu guatita volverá a crecer” seguiremos pidiendo a los Ángeles…

Comenzaron a pasar estos días con mucho dolor, pero con gran voluntad de salir y encontrar un espacio para cobijarnos, y traer al ahora nuestros momentos de alegría, de emoción, de sensibilidad, de danzas, de risas.

Todos, ellos y ustedes ayudándome a mudar de piel, a que lo que nos generó tanta tristeza, inesperada, que irrumpió nuestra gran felicidad se despegara y se comenzara a ver la nueva piel con los colores de la luz.

Ha sido doloroso el tránsito, pero en esta distancia, en otro espacio y juntos lo estoy logrando, la calma viene a mi, retomo los silencios, la meditación, las palabras sabias de mi guía interno y dejo que las aguas internas salgan, por momentos me alejo de la cobija que me alberga, y frente a las rizadas olas del mar deposito en la arena lo que ya no me sirve, abro un canal para que el flujo de las aguas que se adentran y expanden entren en mi y me inicien el camino sanador.

Caminamos en la vastedad del desierto, en esa inmensidad que nos muestra que aún en el más árido lugar la vida se abre paso…la vacuidad, el desalojo de toda necesidad material y física nos instala en la contemplación de la belleza de cada roca, piedra, arena, colores, que nos rodea y absortos nos deleita.

Oh amada presencia que belleza nos muestras para recordarnos que todo está ahí, habita en nuestro interior, no se ha marchado, la belleza y magnitud habita nuestro despertar, que al observar lo hace bello y noble y vasto…

Que experiencia mas luminosa, darme cuenta una vez más cuanto amor nos constituye y cuanto amor recibimos, que la esperanza no es una estrella azul pegada en el fondo azul oscuro de la noche (SDL), sino que es una fuerza que nos contiene y que ahí esta esperando que nos levantemos porque lo que queremos vivir, lo vamos a construir.

Y se construye como la naturaleza construye sus diseños, creativos, vivos, con múltiples posibilidades, y con Fe, ¿que es la fe?, el flujo del amor que nos recorre y en el momento más extremo aparece como un soplo de viento suave que nos envuelve y nos señala un camino…

La energía divina que no es física ni material, nos llena de simbolismos y la ley de la atracción, universal y única nos muestra como encajar las piezas y avanzar.

Se avanza con los imanes que atraemos, pero concientes de que es lo que queremos crear. La interpretación profunda, individual y única nos permite vivir luz o vivir oscuridad; no obstante el tránsito oscuro nos permite luchar por alcanzar un camino luminoso.

Y en este tránsito fuimos en busca de mis amados delfines, vimos su geografía, escuchamos sus cantos, más sabemos que aún no es tiempo, la unión se hará cuando sea el momento adecuado; aún así estamos extasiados de los detalles del viaje y su proceso sanador.

Subimos la montaña, al pie de la más alta dimos gracias. Hay muchos caminos de regreso, en el que nos espera queremos avanzar con la fuerza aprendida, con la luz que nos acompaña, hoy más sabios que ayer.

Aquí estamos los 4 amantes de la familia, de las sutilezas de la vida en pleno viaje, ya hemos mutado el aura que nos envolvió, estamos rediseñando el camino, con la luz de cada amanecer y en el canto de la luna nueva…

Celena, Raúl, Jesús y Sachiel
NAMASTE
Viaje de la Séptima a la cuarta Región
La Serena, 14 de Septiembre
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