
No es posible "renacer" sin una conciencia conciente del lugar y minuto estelar en el que se encuentre; si has pasado lo velos de la tercera dimensión uno tras otro, y de ello has salido victorioso, no en ganar premio alguno, sino conciente de haber aprendido, integrado y valorado el tiempo que duró. Es que entonces eres mas sabio que antes y por lo tanto estas listo para iniciar tu proceso de "renacimiento interior"; listo para despojarte de aquellas telas que los marcaron y acompañaron.
Quien renace suelta y deja ir, no hablo de ropa física que los cubre, hablamos del cúmulo de creencias y convicciones, verdades y emociones que fueron parte de sus vestiduras de la energía que los ha cubierto hasta ahora, de aquello grueso que unido en capas forma parte de sus cuerpos mental, físico y emocional.
Si estás listo para una nueva etapa tu chakra cardiaco lo susurrará al oido y sabrás por todos tus sentidos que es hora del retiro para la muda de piel.
El Renacimiento surge del fuego interior donde habita tu centro y equilibrio, cuando hemos retornado a este centro, hemos avanzado.
Renacer en términos ascencionales supera todo ego y emoción humana, decreta que el Ser se reconoce a sí mismo como un Dios viviente que clama su poder y divinidad.
Seguir su intuición y dinidad y despojarse de lo que no sirve, nutrir el Ser y su conocimiento de la sabiduria de quienes han avanzado.
Renacer en medio de los cuatro elementos fulgurantes y que el fuego honre tu nuevo camino revestido de la túnica del Maestro que Ama y Construye que acaricia y honra aquello que es su único y propio Ser sembrado en campos de distinta fecundidad y que a tu paso despliega su particular experiencia.
Reciba cada uno y cada una la luz de la esfera dorada
Bendiciones, Amor y Alegria
NAMASTÉ
Celena
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